Por: Paula Andrea Orozco Pineda

Coordinadora Ciclo Preschool

 

“La ecuación es simple: si los niños tienen verdaderos derechos,

entonces deben tener las oportunidades para desarrollar sus inteligencias y estar preparados para el éxito”
Loriz Malaguzi.

 

La Pineja desde su filosofía Reggiana está organizada para el trabajo por proyectos, nuestro modelo pedagógico permite la creación de paisajes de aprendizaje basados en la experimentación, la investigación y la práctica en tiempo real. Dentro de los múltiples lenguajes que desarrollamos y fomentamos en nuestros niños y niñas, en La Pineja tenemos el lenguaje de la comida. Este lenguaje lo desarrollamos desde la pedagogía de la comida, la cocina y el comedor. En La Pineja tenemos claro que la cocina es un espacio de aprendizaje, de observación y de documentación, donde los intereses de nuestros niños y niñas les conduce a formarse en la toma de decisiones, en la valorización de sus de sus necesidades, en el reconocimiento real de sus emociones y, sobre todo, en el relacionamiento de ellos y ellas con la comida.
En La Pineja proyectamos trabajar desde el atelier de la cocina, si bien aún no es un espacio físico (está dentro de nuestras metas para el 2022) si será un espacio de aprendizaje. En la planeación curricular, nuestras maestras desarrollan actividades con materiales naturales, en este caso con alimentos, con frutas, con verduras, con alimentos cocinados o con recetas para construir esta comida. Entonces, el atelier de la cocina será un espacio dedicado a entender nuestra relación con los alimentos, es allí donde se materializará la pedagogía de la comida; por tal razón, las actividades deben ser acogedoras buscando establecer un momento placentero entre los niños y niñas y la comida.

Para este fin, trabajamos en diferentes escenarios, el salón, el atelier, la cocina y el comedor ayudan a que nuestros niños y niñas desarrollen habilidades y capacidades de investigación, de desarrollo emocional y motor. Buscamos generar momentos gratos de convivencia entre nosotros y los alimentos, por tal razón, se otorgarán tareas y se realizarán actividades con los alimentos, la comida y en horas de merienda y almuerzo, de esta forma, los niños y niñas irán asimilando que la comida y los momentos de comerla son espacios para el aprendizaje ético y estético.

En la filosofía Reggiana la comida y los espacios donde se comparten los alimentos son de vital importancia, la comida, la cocina y el comedor invitan a la participación, a la convivencia, los alimentos y los espacios para consumirlos tienen múltiples modalidades de comunicación, a través del olor, del color, de las formas, les permiten a los niños y niñas entablar múltiples relaciones e interacciones. Por tal razón, los invitamos como cuarto maestro a utilizar los espacios de la comida, la cocina y el comedor como lugares para compartir, para expresar la solidaridad y el respeto para con los alimentos, el planeta y para con nosotros mismos.

Inicialmente, es importante que trabajemos en conjunto, para entender cómo perciben nuestros niños y niñas la cultura de la comida, a través del compartir una mesa o del compartir una preparación de alimentos, podemos entablar un diálogo sobre el origen cultural de esa comida o de los recuerdos y anécdotas que nos trae el evocar momentos pasados, también podemos hablar de cómo la comida modifica, altera, mejora o desmejora nuestros cuerpos, así que, desde hoy, el cocinar, el compartir los alimentos y el sentarnos a la mesa se convertirán en una experiencia de aprendizaje de familia.

Usamos la pedagogía de la comida, sobre todo cuando estamos en el comedor, para trabajar en la ética, en el respeto por los alimentos y por quien nos los prepara.

Paula Orozco

Coordinadora Ciclo Preescolar

Por otra parte, les queremos contar que en La Pineja contamos con nuestra propia huerta, allí las niñas y niños han proyectado sus ideas de cultivo y agricultura, allí se  viven experiencias concretas, efectivas y afectivas alrededor del proceso de crecimiento de una semilla, de la evolución y crecimiento de una planta, allí hablamos del cuidado, del respeto, de la atención como elementos esenciales para la relación con las plantas, en la huerta nuestras niñas y niños  desarrollan nuevos lenguajes y nuevas teorías sobre su relacionamiento con los alimentos, nuestra huerta es un escenario para aprender el origen de los alimentos, la cultura de los alimentos, el reciclaje, el respeto por el medio ambiente, allí se vive una educación por la sostenibilidad, nuestra huerta recupera el sentido de la tierra, del cultivo y la experiencia maravillosa de poder llevar esos alimentos a la mesa, proceso al que hemos llamado, el encuentro entre el huerto y la cocina, queremos invitarlos a que en sus casas hagan el mismo ejercicio, junto con los abuelos, junto con los hermanos, con ustedes y sus hijas e hijos inicien una huerta, preparen un pequeño proyecto de agricultura familiar, de agricultura horizontal, no estamos hablando de hectáreas de cultivos, estamos hablando de un ejercicio muy sencillo, que puede estar situado en la misma cocina, de lo que la huerta produzca permita surgir el diálogo entre varias generaciones, entre los abuelos, entre los niños y niñas, esperamos  que esta huerta produzca algo, un cilantro, un romero, un tomate, una fruta y que, a partir de esa cosecha, se pueda preparar un plato familiar, que se compartan leyendas, cuentos relatos y experiencias en torno a un cultivo familiar.

En La Pineja, además de la huerta, también trabajamos con otras actividades en torno a la pedagogía de la comida, trabajamos las plantas como seres vivos, trabajamos el relacionamiento de los alimentos y de la cocina, a través del juego simbólico, jugando en la cocina podemos encontrar objetos reales de diversas culturas, con diversos significados, tenemos también la oportunidad de encontrar libros de recetas, acercarnos a ellos y desarrollar la lectoescritura, el pensamiento crítico, comprender conceptos como mezcla, conjunto, armonía. También, usamos la pedagogía de la comida, sobre todo cuando estamos en el comedor, para trabajar en la ética, en el respeto por los alimentos y por quien nos los prepara, pues hablar sobre la comida, los roles y momentos para su preparación nos ayuda a promover en nuestros niños y niñas una imagen real de su entorno, mientras comemos hablamos, porque en la mesa se habla, de los sabores, de los olores, de los gustos y de los sabores de nuestros alimentos.

Como cuarto maestro, ustedes tienen la capacidad de entender y de escuchar a sus hijos e hijas, construyan un escenario de aprendizaje familiar en torno a  la gastronomía, en torno a la comida y en torno al comedor, allí podemos entablar y crear discusiones sobre el origen y cultura de los alimentos o podemos cocinar juntos, crear nuevas recetas y  desarrollar nuevos proyectos, podemos cultivar y construir relaciones diferentes con los alimentos, la pedagogía de la cocina es un asunto clave es nuestra relación con el entorno, hablemos con nuestros hijos e hijas que ofrecer comida, dar comida, transformar alimentos y convertirlos en un plato hace parte de la ética del cuidado, es una muestra maravillosa de amor por y para el otro.

Por último, en el momento de consumir nuestros alimentos en familia entablemos discusiones, diálogos con nuestros niños y niñas sobre la solidaridad, la ética y la moral, podemos hacer énfasis en el desperdicio de la comida, como algo no propio y no útil en nuestro siglo XXI; también podemos dar la oportunidad para hablar sobre vida saludable, sobre alimentación saludable, comprender en familia que todo lo que comemos llega a nuestro cuerpo, altera nuestro ADN, modifica nuestras emociones, nos permite tener mayor o menor energía.

En La Pineja usamos la comida para muchas más cosas que quedar llenos, en La Pineja escribimos recetas, manipulamos los ingredientes, desarrollamos capacidades, aumentamos nuestras habilidades lógico-matemáticas, sumamos, restamos, pesamos, dividimos, medimos, comparamos y calificamos, y así la comida si nos deja satisfechos. Los invitamos a establecer una Pedagogía de la Comida en sus casas, en la cocina, en el restaurante, una conexión positiva con todo tipo de alimentos, en especial con los saludables que son parte indispensable para una buena alimentación y para construir pensamientos, que les permite una búsqueda de significados y nuevos conocimientos.

Nos vemos en la cocina.