El contacto directo con personas de diferentes edades y contextos brinda a los estudiantes la oportunidad de ampliar su perspectiva sobre la realidad social que les rodea. Al interactuar con adultos mayores, los jóvenes pueden aprender valiosas lecciones de vida, apreciar la sabiduría acumulada a lo largo de los años y comprender la importancia de preservar y respetar la memoria colectiva.