Los ciudadanos del grado Transición vivieron una experiencia inolvidable en un lugar lleno de magia y aprendizajes: la finca Moniyanema. Este espacio natural se convirtió en el escenario perfecto para responder a sus curiosidades, potenciar sus sentidos y conectar con los secretos que guarda la biodiversidad.

Guiados por sus propios intereses, los niños exploraron la creación autónoma de “pociones” utilizando elementos naturales, una actividad que despertó su creatividad y fortaleció su capacidad de observación. Durante el recorrido, descubrieron que, con la ayuda de la guadua, es posible construir y enriquecer infraestructuras sostenibles, comprendiendo así el valor de los recursos que nos ofrece la tierra.

La jornada continuó con la visita a un cultivo de tomates, donde observaron cada etapa del proceso de siembra y cuidado. Luego, en una huerta diversa y colorida, los ciudadanos usaron sus sentidos para identificar aromas, texturas y sabores que les conectaron directamente con el origen de los alimentos.

Como parte de su aprendizaje sobre sostenibilidad, cada niño recolectó una hoja seca para llevarla al compostaje. Allí, se les explicó cómo este proceso natural ayuda a enriquecer el suelo y, por tanto, nuestra huerta escolar. También tuvieron la oportunidad de alimentar a los peces, comprendiendo la importancia del cuidado de los seres vivos.

La exploración del bosque les permitió encontrar nidos de aves y evidenciar huellas de un oso hormiguero, despertando aún más su respeto por la fauna y su interés por el mundo natural.

Sin duda, fue una jornada llena de descubrimientos, emociones y aprendizajes significativos para los ciudadanos más pequeños de la CEES. Una experiencia que fortalece el vínculo con la naturaleza y siembra en ellos la semilla del amor por el entorno que los rodea.

En la CEES SOMOS EXPLORADORES